Siempre pendientes del camino que tomamos o del sentido que damos a nuestra vida, encontramos y nos referimos al destino como la guía que nos conduce hacia aquello que nos pertenece por el simple hecho de existir. Podemos adorarle pensando que hay algo preparado para nosotros y que, en cierto modo, todo ha sucedido ya de alguna forma.
Pero el destino es un enemigo cruel. Un perseguidor impasible e implacable que hace todo por sobrevivir a los imposibles y llegar hasta ti de forma irreparable. Dejar la vida en sus manos es como jugar a un juego sin reglas en el que tienes todas las de perder y donde el tablero te guía hacia tu propia destrucción.
*****English*****
Always outstanding of the path we take or of the sense we give to our life, we find and refer to the fate as the guide leads us to what is ours for the simple fact of existing. We can worship him thinking that there's something prepared for us and, somehow, everything has already happened in some way.
But the fate is a cruel enemy. An impassive and relentless tracker who does everything to survive the impossible and come to you beyond repair. Leave the life in his hands is like playing a game without rules in which you have everything to lose and where the board direct you to your own destruction.
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